Quien haya visto la película "Up" atesora el momento en que el pequeño Russell hace elevar la casa de Carl Fredricksen, suspendida con globos rellenos de helio. Bueno, algo parecido acaba de pasar en la vida real.
Quien se animó a probarlo fue el británico Tom Morgan (38), fundador de un grupo llamado "The Adventurists". Voló impulsado por 100 globos de helio que --junto a sus ayudantes-- tardó casi dos días en inflar. A diferencia del film animado, los globos no elevaron su casa, sino una silla de camping que estaba sujeta por un armazón.
Morgan buscó un lugar con buenas condiciones climáticas y finalmente se decidió por la ciudad de Johannesburgo (Sudáfrica). Se subió a este increíble medio de transporte, emprendió el vuelo, y alcanzó los 2.500 metros de altura. En total, recorrió unos 25 kilómetros. Para poder descender tuvo que cortar algunos de los globos.
“La experiencia fue absolutamente genial”, dijo Morgan a la BBC al tocar tierra. Claro que se encontró con algunos inconvenientes en el camino. "El problema era encontrar una ventana de buen clima y era difícil proteger los globos que seguían estallando", contó el aventurero.
No es la primera vez que alguien vive esta experiencia. En diciembre de 2014, el estadounidense Erik Roner voló usando 90 globos gigantes cargados de helio, atados a una silla de jardín. Este deportista extremo y estrella de MTV falleció varios meses después, al chocar contra un árbol mientras descendía en paracaídas.